Flores de mayo
NO quisiera hacer juicios temerarios, pero me parece que a Pepiño Blanco y Rojo lo tiene inserto Zapatero en su «extrategia» para que diga las necedades que ni siquiera él se atreve a decir. Ahora ha dicho que el PP no quiere ayudar al Gobierno en su lucha antiterrorista. Pero ¿qué lucha, señor Pepiño? El Gobierno no combate el terrorismo, sino que corre tras él con los brazos abiertos y el trasero hecho agua. Y el terrorismo ha respondido a la gentileza de Zapatero de dos maneras. Una, haciendo estallar cuatro bombas en otros tantos lugares de Guipúzcoa. Y otra, exigiendo que la Policía no detenga etarras, que la Justicia no los juzgue y que al poder legislativo le vayan dando masculillo y echen sus leyes a la basura.
Y todo eso a pesar de que la «extrategia» de Zapatero es una «extrategia» no sólo con equis, sino con acento. Al comunicante de ABC, señor González Mena, se le escapó el acento que había puesto Zapatero en la e de su «extratégia», seguramente para reforzarla, y yo no he descubierto el acento hasta hoy y con ayuda de una lupa, porque la letra sale en la fotografía del periódico con tamaño de hormiga. Lo mismo podría acentuar Zapatero su apellido y su cargo, y escribir: «Zapatéro, Presidénte del Gobiérno».
Conviene ser cuidadoso con los acentos. Por ejemplo con esa palabra que tanto se repitió hace pocos días: «cónclave». El maestro Valentín García Yebra nos enseña que debe pronunciarse y escribirse sin acento, o sea, pasarla de esdrújula a llana. En definitiva, clave equivale a llave, y tendríamos que decir con-clave para significar el encierro de los cardenales con-llave. De aquí en adelante, así pronunciaré y escribiré yo la palabra, y gracias le sean dadas al maestro García Yebra, que no todo son cebrianes y goytisolos en la Española.
Han nacido estos días más flores de mayo en las letras. Mi leído colegui Tomás Cuesta ya fue reo hace unos meses de atribuir a Rafael Alberti los versos «Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos», que en realidad son de Calderón, y los dice el personaje llamado «Chato» en la Jornada Primera de «La hija del aire». La confusión es fácil, primero porque no imagina uno que Calderón escriba eso, y después, porque Alberti los puso al frente de sus divertidos poemas del cine. Le envié a Cuesta un recado secreto con Pérez Puig y rectificó luego como de forma espontánea. Ahora cita mal unos versos de César Vallejo («piedra de estupor y madera noble de establo» llama Gerardo Diego a este «Valle Vallejo»). Cita Tomás Cuesta: «Me moriré en París en primavera...» Pues no, señor. César Vallejo escribe: «Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo...» Y dicen que, efectivamente, César Vallejo se murió en París un día de lluvia.
Mi cita preferida de César Vallejo es esta, que Marcelo Arroita-Jáuregui puso al frente de un libro de versos: «Considerando en frío, imparcialmente, que el hombre es triste, tose, y sin embargo se complace en su pecho colorado...» ¿Su pecho colorado? O sea, ya está claro: Pérez Rubalcaba.
ABC. 18 de mayo de 2005
Etiquetas: 2005, Ortografía
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